La fama culinaria de Bolonia comenzó en la Edad Media con la universidad. Bolonia se convirtió así en «la dotta» y «la grassa» (la docta y la gorda), debido a la vida exuberante, incluso en la mesa, de los estudiantes. En una época en la que la desigualdad social repercutía en la alimentación, que a menudo era escasa y poco variada, en Bolonia la cocina era global, pero de estilo local y abundante.
Massimo Maracci, Director de Cultura Italiana, ilustra la evolución de esta tradición, basándose en los exhaustivos estudios de Massimo Montanari y Piero Camporesi, de la Universidad de Bolonia, el famoso gastrónomo Pellegrino Artusi y Marino Niola, antropólogo de la Universidad de Nápoles. De forma oportuna y entretenida, descubriremos que muchos de los que hoy reconocemos como símbolos de la gastronomía y alimentación italiana tienen su origen y evolución en lugares y formas insospechadas. Por ejemplo, los espaguetis al pomodoro se convertirán en una identidad italiana con ingredientes no italianos: los espaguetis proceden de Persia y son introducidos en la Edad Media por los árabes en Sicilia y Apulia, mientras que para el tomate habrá que esperar al descubrimiento de América. O los espaguetis a la boloñesa: no existen en Bolonia, sino que se inventaron y sirvieron en Turín tras la Unificación para fusionar dos tradiciones: Nápoles para los espaguetis y Bolonia para el ragú.
Por tanto, la tradición es siempre interpretación, y si Pellegrino Artusi con sus recetas reunió culturalmente a Italia en la mesa, hoy podemos ver nuevos descubrimientos y perspectivas.
Al final se ofrecerá un aperitivo con un tast de productos típicos de la región de Emilia Romagna