La obra de Rossella Biscotti profundiza en la historia material y afectiva de los espacios que habitamos, desgranando sistemas de significación y redes relacionales entre aquello humano y aquello no humano. Su práctica, que combina cine, sonido, escultura y performance, explora el funcionamiento de ecosistemas tan abiertos, cambiantes y polifónicos como los imaginarios colectivos y los apoyos que los condicionan bien sean narrativos o materiales. Vinculando el arte con la historia, la arqueología, la antropología, las ciencias ambientales, la geopolítica y el activismo, cuestiona los usos y abusos del poder global mostrando todo aquello que vive al margen del discurso oficial.
Para la exposición de la Fabra y Coats, Biscotti presenta dos grandes instalaciones que ocupan dos plantas del Centro de Arte: The City, una proyección multipantalla sobre una ciudad neolítica, y The Journey, una obra sonora sobre el Mediterráneo, cada una de ellas acompañada de una obra escultórica: Trees donde Land y Drifting respectivamente, que nos llevan a un cementerio de olivos y nos adentran en el mar. Entre los dos pisos, una obra las une física y conceptualmente desde las entrañas del edificio: A Conductor, un cable reciclado de una central nuclear desmantelada que está conectado al corriente eléctrico del Centro de Arte y proporciona la electricidad de toda la exposición.