La IIª semana de la cocina italiana en el mundo llega a Barcelona con una serie de eventos organizados para construir un vínculo fuerte con esta ciudad.
Con ello se pretende estrechar un nudo, gastronómico y cultural, utilizando un único hilo rojo, o mejor dicho un preciado hilo azul – de seda – que una Italia y España en experiencias multisensoriales y estéticas.
Un hilo azul que evoca el mar, este Mar Mediterráneo que une a los dos países.
Un mar que, acunándolo entre sus olas, trasportará para esta ocasión un auténtico tesoro desde Sicilia hasta la ciudad Condal. El tesoro de la más alta excelencia de los productos de esta región.
Un tesoro campesino, genuino y auténtico, hecho de productos sencillos de la tierra, que encierran en sí la excelencia de la alta gastronomía siciliana y el espíritu más profundo de la tradición mediterránea.
Vamos a narrar mediante una serie de eventos los valores antiguos de la tradición siciliana mostrando todos aquellos gestos realizados por las manos de sabios artesanos, herencia de saberes milenarios. Un tesoro escondido todo por descubrir, un verdadero viaje de vuelta a los orígenes al cual estáis invitados. Por cada día de la semana habrá un encuentro práctico. Descubriremos la cocina de Sicilia, la verdadera y antigua del campo, la de la tierra, la del perfume de los productos reconocidos hoy en día con los más importantes sellos de Excelencia Internacional y Baluartes Slow food. Tendremos la oportunidad de conocer célebres autores de la escena culinaria siciliana como el chef Davide Guidara, todavía chaval, pero ya ganador del título de Mejor Chef de Sicilia 2017. Amasaremos harinas de granos antiguos biológicos de Sicilia molidos a la piedra para entender los valores sobre los cuales se funda la recuperación del territorio y de las tradiciones al uso de una producción genuina dentro de un ecosistema agrícola de desarrollo sostenible. Haremos el pan, un pan que fermenta durante 20 horas al son de la música clásica. Degustaremos el vino de Planeta, producido siguiendo la filosofía de las tres E, económicamente sostenible, ecológicamente atento y socialmente equitativo. Aprenderemos a conocer uno de los elementos básicos de la dieta mediterránea: el aceite biológico de Dugo Giari e Asaro producido en el territorio D.O.P. Valli del Trapanese. Descubriremos las particularidades y las excelencias de algunos de los más auténticos quesos sicilianos: la provola con corazón de limón de la cadena de los Nebrodi y el Piacentino de Enna, nacido de una orden real de Roger el Normando en homenaje a su esposa, queso que resultó “piacente” al gusto de la reina con sus notas especiadas de azafrán; el Caciocavallo ragusano preparado desde la antigua Grecia con leche de vacas autóctonas del Modicano y curado encima de una cuerda de rafia. Luego el Mallorquín, que desde 1600 hasta hoy es lanzado por las carreteras de Novara de Sicilia como juego popular entre los pastores de lugar. Conoceremos los embutidos de la cadena de los Nebrodi obtenido de la raza autóctona de cerdo negro. Una raza de 30.000 años de antigüedad al borde de la extinción y que hoy ha sido recuperada por los pocos pastores que dejan crecer estos animales en semilibertad en las cumbres de las montañas Nebrodi para luego dejarnos extasiados con jamones, mortadelas y salchichones de sabor y notas organolépticas verdaderamente únicas. Durante la semana a través de seminarios dedicados descubriremos los lugares más emblemáticos y los itinerarios de los puntos emblemáticos de Sicilia para organizar nuestro viaje hacia el descubrimiento de esta increíble tierra. La semana será inaugurada mediante un acto de presentación dirigido a los principales actores de la comunicación del sector (periodistas, blogger, foodie) que estarán inmersos en una experiencia única e insólita. Será el punto de partida de la semana y será contada siguiendo un hilo azul que atará a los varios momentos en el cual la experiencia estará dividida. También será un placer de contraste para los ojos, con miradas doradas y materiales pobres, como también para el paladar para redescubrir los sabores de las cosas sencillas del campo, del pan caliente, de los elementos esenciales como el aceite y el queso o de los únicos, ya que son irrepetibles, como los embutidos del cerdo negro de bellota. También el descubrimiento de como la cocina más sencilla y antigua sea verdaderamente alcanzar la máxima expresión de la alta cocina